Ganas de ver esta peli de Paul B. Preciado a quien ya conozco bastante bien como pensador y escritor. A veces entiendo y comparto lo que dice. Otras lo entiendo pero no lo comparto. Pero siempre experimento cero indiferencia y mucho interés en su discurso. Escucharle o leerle es nutrirse para la vida actual.
No crean que llegué a esta conclusión de la noche a la mañana. A pesar de mi envidiable aspecto juvenil (risas), tengo 57 años recién cumplidos y si algo puedo afirmar con rotundidad es que no voy presumiendo por ahí de haber entendido todo, todas las veces y desde siempre. La primera vez que vi a Preciado, quien aún era Beatriz, no iba a verle a él. Iba a ver a la escritora Virginie Despentes, su pareja de entonces. Era la fnac de El Triangle y corría 2007. Escribí una crónica que pretendía ser graciosa y punzante. La releo y, aunque me encuentro petulante, no me parece mal porque lo que expreso allí era mi visión de la autora de Fóllame y Teoría King Kong y de su novia. Puse punto y aparte y me dediqué a otras lecturas. Sin embargo, algo debió quedarse impregnado en mi persona cuando, tiempo después, compré el Manifiesto contrasexual de Paul. No entendí ni la mitad del texto y me desesperé ante los dibujitos de los zapatos polla y la pistolas pollas y el resto de falovisiones. No me escandalizaban, me parecían obvios, innecesarios. No hice el esfuerzo por entender mejor la propuesta. Posiblemente porque entender no estaba entre mis prioridades personales y deseaba con más ganas leer otras cosas.
La vida me ha puesto en la tesitura de tener toda la obra de Preciado a mi alcance y, si bien leerle sigue sin estar en mis prioridades personales, ha pasado a estar en mis prioridades como persona que aspira a comprender mejor a los otros (sigo sin escribir les otres. Esa es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión) y, al hacerlo, comprenderme mejor a mí. Lo que son las cosas. Sin ser una fan empedernida de Paul B. Preciado, he regalado y recomendado sus libros muchas más veces que lo he hecho con aquellas lecturas que, en 2007, me tenían maravillada.
Cuando encuentre la crónica que escribí entonces la colgaré a continuación de estas palabras y creo que incluso puede que me guste autocomentarme. Sin censura y sin cancelación. Pero, ahora mismo, lo que me apetece es seguir de cerca los trabajos literarios, culturales y audiovisuales de este autor, me apetece ver el Orlando de Paul B. Preciado.
Orlando My Political Biography (2023) Dirección y Guión: Paul B. Preciado, Música: Clara Deshayes y Fotografía: Victor Zébo
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